Iessouss es, en apariencia, un videojuego como cualquier otro. Fra Bernat,
un monje cisterciense, lo descubre en el cementerio de Poblet mientras
investiga la muerte de fra Joan, su discípulo preferido. Tiene la forma de
crucifijo y se abre por la mitad. Antes de entregarlo a la policía, decide comprobar su contenido. Es
entonces cuando advierte que Iessouss le promete lo que siempre había deseado
alcanzar: la revelación de Jesús. Fra Bernat no puede resistir la tentación y
acepta el reto de un videojuego que mezcla, de forma asombrosa, el mundo real
con el virtual. Abandona sus deberes monacales y emprende un peligroso
peregrinaje por Tierra Santa, salpicado de perturbadores descubrimientos,
profundas decepciones y quebrantos de fe, hasta alcanzar la anhelada respuesta
a una pregunta que lleva dos mil años formulándose: ¿Quién fue Jesús?
Que nadie se deje llevar por las apariencias: Iessouss no es una novela de
género. El lector encontrará en ella las esencias de un thriller, de una
historia detectivesca con un oscuro crimen en los sótanos de una antigua sala
de tortura, de un relato intriga y aventuras que se mueven en escenarios
sugerentes como el Monasterio de Poblet, Barcelona o Tierra Santa, incluso una
narración de ciencia-ficción cuyo protagonista confunde el mundo real con el
virtual tras caer absorbido por un fascinante juego de ordenador. Y no hay que
olvidar otra de sus facetas, quizás la más fascinante: la del novedoso género
de las novelas de revelación. Revelar, en narrativa, es despojar a la historia
de sus mayores secretos y ofrecerlos al lector en clave de novela. ¿Y qué mayor
secreto que el que sigue envolviendo al verdadero Jesús, el fundador de la
ideología más poderosa de la historia de la humanidad, cuya figura sigue en una
tramada negritud que nadie, por ahora, ha sido capaz de rasgar?
Miquel Casals (Lleida, 1968), el autor de la novela, ha sido implacable con
el tratamiento de las fuentes. No ha dado ni el más escueto margen a la libre
especulación, ni a los tratados sin
fundamento. Sólo sirven las pruebas, el arma de la verdad, para que el lector
(y, por supuesto, él mismo) encuentren las respuestas a una pregunta que más de
una, de veinte, de cincuenta veces se han formulado a lo largo de sus
existencias.
¿Existió Jesús? ¿Fue un personaje real? En caso afirmativo, ¿de quién se
trató?, ¿fue autor de milagros y de mensajes renovadores? Todo lo que el
novelista catalán ha puesto de rigor en el personaje histórico de Jesús, lo ha
transformado en imaginación y originalidad a la hora de urdir la trama. Los
protagonistas son fra Bernat Vilaró, un monje cisterciense que ama tanto a Dios
como a los libros y Iessouss, un juego de ordenador que, tras interponerse de
forma brusca en su camino, llevándose la vida de su mejor amigo, le conducirá
por una senda de crímenes sin diagnóstico, juegos virtuales que se confunden
con su vida real, un atribulado desplazamiento a Jerusalén y verdades tan
afiladas como cuchillos que sacudirán lo más hondo de su alma.
Un viaje a Tierra Santa, unos días de convivencia monacal en el Monasterio
de Poblet y semanas, meses de encierro en bibliotecas y archivos, absorbiendo
el conocimiento fundado e infundado sobre el personaje de Jesús. El autor no ha
escatimado nada: la historia, y la revelación que contiene, lo merecen.
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